Cap. 1. El documental Rockers y los comienzos del panku en Japón.Suele situarse tradicionalmente la explosión inicial del fenómeno punk en 1977 en el Reino Unido, sobre todo en el verano de ese año, tras la edición del single «God Save the Queen» de los Sex Pistols a finales de mayo y su apoteósico éxito (nº 1 en UK rebajado a la fuerza a nº 2 por los timoratos responsables de los charts británicos). Otros, más en el ajo, prefieren situar el chispazo inicial auténtico en el verano londinense de 1976. Y otros todavía reivindican que New Yawk estuvo primero y bla, bla, bla. Esa discusión es larga y en todo caso no es ahora la nuestra. ¿Cuándo y cómo llegó el punk al país del Sol Naciente? Este es un asunto poco conocido para los
connoisseurs occidentales de la historia del rock (y en particular del punk) y sobre el que se encuentra poca o ninguna información impresa; ni siquiera se la halla apenas, incluso hoy por hoy, en la red. Lo que sigue es un compendio muy compendiado de informaciones que quien esto escribe ha ido recopilando desde hace bastantes años. Naturalmente, no es cuestión tampoco de largaros un ensayo como el Kitsune-kamisama manda (por decir alguna divinidad, la primera que me viene a las mentes
), sobre todo porque don
sesilu podría ir y contarme los caracteres (de hecho, lo hará de todos modos
). En todo caso, si alguien quiere más detalles sobre cualquier chorradilla, aquí está el menda subete para enriquecer el potaje.
Como a muchos otros países, a Japón el punk llegó por la pasiva (es decir, receptiva) con cierto retraso y mucha confusión mediática. Un bonito ejemplito: el citado «God Save the Queen», aparecido el 27 de mayo de 1977 en la pérfida Albión, no salió en Japón hasta septiembre de 1977 (bueno, en EEUU también lo sacaron tarde, y
después del «inofensivo» «Pretty Vacant»), y por cierto con portada censurada, respetuosa con la reina Isabel (prueba:
clic). Y por la parte activa (es decir, creativa), como ocurría en esos mismos países aludidos (como Italia, España, Francia en buena medida, la poderosa Alemania, etc., etc.), con menos retraso por lo que se refiere a formación de bandas, fanzines, escenilla underground en general, pero con todavía mayor retraso en lo que se refiere a publicaciones (discos), aforo en los conciertos, cobertura mediática (de la escena local, digo), etc.
Si nos atenemos a los datos objetivos referentes a publicaciones, en ellos tenemos un fiel testimonio de la lentitud de Japón en asimilar lo que entonces era la última revolución de la historia del rock. Como contaba en otro hilo en esta casa, en 1977 se lanzó una efímera girl-band llamada
GIRLS, concebida a imagen y semejanza de las californianas Runaways, a las que versioneaban ya en su primer single, de primavera de dicho año. A finales de 1977 sacaron su segundo LP con el simpático título de
Punky Kiss, que contenía un tema llamado «Punky Highschool Love», un cover de Blondie («X Offender») y otro de Ramones (¡el «Sheena is a punkrocker» en clave disco-music, nada menos!). Sin embargo, jamás he leído ni oído que nadie reivindique a estas chicas como «pioneras del panku» nipón. Tomarlas como tales sería, ciertamente, bastante discutible. Algo parecido ocurre con
Benitokage (aka Red Lizard), la banda de la que surgirían Lizard! (sobre los cuales, ver abajo): en este caso sí que hay quien los reivindica como pioneros de la cosa, pero lo cierto es que, de los dos flexis que publicaron en 1977, el primero, grabado en febrero (por lo que quizá salió antes de que GIRLS sacasen sus primeros discos) no recuerda al punk en nada, y el segundo sólo bastante vagamente. Otros candidatos, seguramente los mejores, son los chicos de
Star Club, que –según su página web al menos– editaron de forma completamente independiente en diciembre de 1977 un EP grabado en directo, con canciones claramente inspiradas en los Pistols y los Heartbreakers de Juanito Truenos. Pero la banda era de Nagoya, lejos del centro de las miradas (Tokyo), y no parece que nadie les hiciera mucho caso (calculo que además se trataría probablemente de una edición privada o, en todo caso, de ridícula tirada).
El camino trazado por The Star Club, es decir, el del «hazlo tú mismo» (siguiendo el sano ejemplo de los Buzzcocks y su inmortal «Spiral Scratch»), fue el que siguieron los
Mirrors, formados en otoño de 1977. Su líder Hiro Higoshi (arriba lo tenéis sudoroso en una fotico), ni corto ni perezoso, se montó el primer sello
indie japonés relacionado con el punk y lo que entonces se llamaba «nueva ola»:
Gozira Records. El sello debutó en agosto de 1978 con un single de, por supuesto, los Mirrors, pero se convirtió en plataforma para otros grupos tokiotas compañeros de conciertos y correrías: Mr. Kite (9/78), Tsunematsu Masatoshi (1/79), Flesh (6/79) y Maria 023 (9/79). La aventura duró poco más de un año, pero dio la pauta para otros sellos que comenzaron a sucederse: Pass Records (que debutó en agosto de 1979 con el primer single de Friction), y más tarde City Rocker (después con el subsello Dogma) y muchos, muchísimos más cuando nos adentramos en los años 1980. En Kansai estaba el sello Vanity, que comenzó algo antes que Gozira, estrenándose con el LP de Dada en julio de 1978, pero las primeras publicaciones de ese sello –como el mismo álbum de Dada– no eran ni punk ni new wave, que es lo que aquí nos interesa (Vanity publicó, sin embargo, el LP de Aunt Sally, en mayo de 1979). Las
majors tardaron un poquito en enterarse o, mejor dicho, atreverse. Pero, entre tanto, otras cosas habían ocurrido.
Con el mismo espíritu del «Do-It-Yourself», a falta de ayudas externas, los grupos empezaron a montárselo por su cuenta no sólo para publicar, sino también para montar conciertos y comenzar a generar interés. En Tokio surgió, pues, la iniciativa «Tokyo Rockers», en torno a la mayoría de bandas que aparecen en el documental del que ya va siendo hora de que comience a hablar
y algunas otras que no lo hacen (aparecer). Con la etiqueta «Tokyo Rockers» empezaron a hacer conciertos multibandas no sé si ya en verano pero desde luego sí en otoño de 1978, con frecuencia en el famoso local Shinjuku LOFT del que nos habla (bastante confusamente, todo sea dicho), Jaime Moreno en su libro sobre el rokku japonés y al cual remito para ahorrarme un par de líneas
En Kansai (Osaka y Kyoto, sobre todo), donde habían comenzado a proliferar bandas incluso antes que en Tokio (los Gaseneta ya andaban haciendo caóticas demos en verano de 1977...), adaptaron la idea de «Tokyo Rockers» y se montaron un colectivo y giras «Kansai NO WAVE», que comenzaron al parecer en marzo de 1979, con bandas como Ultrabidé, Aunt Sally, INU y SS. Con más retraso despegó lo del denominado «Mentai Rock», pero los comienzos de las actividades del eje Th eROCKERS / The MODS / The Roosters también se ubican en 1979. Sin esperarse, los
Rokkets de Sheena habían publicado en el sello Elbon (que no tengo claro si era
indie) en octubre de 1978 su primer single, «Namida no highway», y en marzo de 1979 sacaron su primer LP,
# 1, seguramente el primer disco de NW/punk japonés de larga duración. Para mediados de 1979, las bandas de «new wave» con mayor énfasis en los sintetizadores comenzaban a abundar y fueron más rápidas en obtener contratos con majors: P-Model e Ippu-Do publicaron en verano, Hikashu en otoño, Plastics en diciembre. La Yellow Magic Orchestra también quiso pasar por nuevaolera y a sus miembros les dio por apadrinar grupos, y así fue como Sheena & the Rokkets entraron en Alfa (sello de la YMO) y llegaron a sacar en seguida segundo LP (
Shinkuu Pack, 10/79). Para 1980 el asunto de la new-wave estallaría comercialmente; por el lado digamos más punkie, a principios de año los
Anarchy debutarían en una
major con bastante éxito; otro tanto harían, en septiembre, los Rockers de Mentai, seguidos por los Roosters en noviembre. Esta modalidad comercial de punk (o lo que fuese) fue la que terminó por imponerse durante unos años, dejando atrás los sonidos atonales y poco melódicos de aquellos «Tokyo Rockers» y la «Kansai New Wave» de 1979. En el underground, seguirían gestándose sonidos punk radicales y una segunda ola, con The Stalin en cabeza, se preparaba en 1980-1981. Pero ésa es otra historia.
Volvamos al invierno de 1978-1979. Un colectivo de bandas de Tokio trata de salir de la oscuridad bajo la bandera «Tokyo Rockers». A alguien se le ocurre que el momento, a pesar de lo reducido del público que atrae el asunto, es un momento histórico, y «¡esto hay que filmarlo!» Surge, pues, la iniciativa de filmar un documental, que firmará un cierto Hideaki Tsushima (se nota que sé poco de él, ¿eh?
si alguien puede informarnos sobre el personaje, haga el favor de hacerlo). Y que se titulará, mira por dónde,
Rockers. De la elección del término no me pregunten: hace un tiempo hablaba con
garitero sobre mis dudas al respecto. Lo que es indudable es que era un término favorito entre los primeros «punks» nipones. Tenías el colectivo y gira «Tokyo Rockers»; los Mirrors tenían una canción «Rockers» (hay una grabación de marzo de 1978); una banda rockero-punkera de Fukuoka se llamó The ROCKERS (su líder, Takanori Jinnai, años después se haría actor profesional y hasta director de cine); y la lista se puede proseguir largamente.
Para filmar el documental, se montaron
ad hoc dos conciertos: uno el 31 de diciembre de 1978 en el Shimokitazawa LOFT y otro en el ático de Shibuya Yaneura el 2 de enero de 1979. Del metraje rodado en ambos bolos procede la mayor parte de lo que puede verse en el documental que hoy os presento con el tochaco que, imagino, sólo algunos valientes estaréis leyendo: ¡ánimo, que ya queda menos! El documental tenía que documentar el asunto de «Tokyo Rockers» pero ocurrió que cuando tenían que grabar el primero de los conciertos se encontraron que andaba por Tokyo de visita una de las bandas de Kansai, con el bonito nombre de
SS, es de suponer que inspirado en el nazi-chic del punk londinense. Los SS éstos se presentaban en sus conciertos vestidos con trajes de kung-fu a la Bruce Lee (por lo visto, el cantante trabajaba de comercial de cierta empresa que lo mandaba a hacer viajes a HK, y allí fue donde obtuvo los uniformes); no tenían demasiada idea de tocar y decidieron que la mejor manera de disimularlo era tocar a toda pastilla canciones que duraran en torno al minuto, a ser posible menos, presentadas con ramonianos «one-two-three-faw's!» Y como el acontecimiento era digno de ser filmado para la posteridad, los SS fueron incluidos en el documental. Quizá fue por eso, por haber metido polizones de Kansai en el lote, por lo que los responsables dejaron el título en «Rockers» quitando lo de «Tokyo».
El documental no tuvo, me temo, un estreno «a lo grande»; según mis fuentes, se estrenó el 9 de mayo de 1979 en un local llamado Yotsuya Image Forum, es de suponer que de poco aforo y para cuatro gatos. Y mucha más repercusión no parece haber tenido en su día, o por lo menos esa es la impresión que tengo. Pero el hecho de que hubiese unos venatis filmando a los otros pillaos algo debió de remover en las oficinas de las discográficas
majors, pues el 21 de enero de 1979 se grabó en el Shinjuku Raihi Kan Moreno un concierto con vistas a un LP llamado
Tokyo New Wave que editaría el sello Victor/JVC el 5 de abril, con las bandas SEX, Jisatsu, Pain, 8 1/2 y Borushi (aka Bolshie), la mitad de las cuales habían participado en los conciertos del documental; y, para no quedarse atrás, CBS-Sony organizó otro concierto el 11 de marzo con Friction, Mr. Kite, Lizard!, Mirrors y S-Ken, bandas
todas las cuales habían sido filmadas para el documental en cuestión. Aunque grabado más tarde, el disco resultante, oportunamente llamado
Tokyo Rockers, apareció unos días antes que el otro, el 1 de abril de 1979. Estos dos álbumes pasan a menudo (por ejemplo en el libro de J. Moreno) por ser los primeros de larga duración dedicados al punk y/o new wave nipona, pero lo cierto es que Sheena & The Rokkets se adelantaron con su
# 1 en una larga semana (salió el 25/3/79). Sea como sea, aquí fue cuando la cosa empezó a moverse en serio comercialmente hablando. Y, según lo dicho, el documental de Tsushima probablemente fue lo que dio el primer gran empujón.
Bueno, voy a (intentar) abreviar que se hace tarde.
Cap. 2. Algo (más) acerca del documental, y sobre sus ediciones domésticas.Ah, normalmente en la ficha se pone sinopsis. Ahí va:
Sinopsis. Documental de 1979 que recoge actuaciones en directo de un número de bandas pioneras del punk y la new wave japoneses; todas ellas pertenecientes al colectivo conocido como «Tokio Rockers» con la excepción del grupo SS, de Osaka. Entre unas y otras actuaciones pueden verse breves entrevistas a integrantes de los conjuntos, así como diversos collages que reflejan la estética punk del momento e incluso una pequeña telenovela muda dividida en tres o cuatro secciones, con final didáctico.
Advertencias para el visionado. 1) Nota para los poco peritos en punkología: El momento histórico «punk» que retrata el documental es el de 1978-1979 en Japón, inspirado en las explosiones punk/new wave de Londres (de 1976-1978) y Nueva York (1975-78, de Patti Smith a la No Wave). No debe extrañar, por tanto, la absoluta ausencia de mohicanos de colores (que se pusieron de moda de 1980 en adelante), chupas de cuero claveteadas (ídem, aunque Sid Vicious ya lucía una, aunque con pocos clavos, en 1977) y no digamos dreadlocks y piercings (que son cosas de los neopunks noventeros, desconocidas de forma casi absoluta en la primera década del punk). 2) Nota para los mismos. Por la misma razón, no ha lugar esperar el «clásico» sonido punk que trajo el neopunk británico de 1980 pa'lante, y no digamos el hardcore norteamericano. Lo que valdría aquí son las influencias típicas del «77», o sea, Ramones, Clash, Pistols, Damned, etc., y aun así se dejan escuchar a regañadientes. 3) Nota sobre el nombre del grupo SS para jóvenes antifas inquisidores frente a todo lo que huela a «nazipunk»: bah, esta nota no vale la pena escribirla, ésos no habrán llegado hasta aquí
Rockers: The home releases. Después de muchos años en el baúl del olvido, el sello JICC (responsables del primer álbum de Michiro Endo en solitario, así como el ídem de Machizo Machida, entre otras maravillas) rescató el documental en 1989 editándolo en VHS. Por las clásicas razones contractuales, hubo que excluir los segmentos protagonizados por el combo británico
The Stranglers, y la copia duraba 63 minutos. La versión restaurada completa, de 72 minutos, llamada «Perfect Edition» por sus editores, es la que hoy presentamos hoy, subete y yo: la editó la compañía Transformers (トランスフォーマー) en julio de 2009.
Durante varios años, desde 2009 precisamente diría yo de memoria, han estado circulando en YouTube fragmentos de la película, unos once distintos, con las actuaciones de SS, Friction, Jisatsu, Mirrors (una de las dos), 8 1/2, S-Ken, Mr. Kite, Lizard (una de las dos), Speed y los dos temas de Stranglers. Recientemente esos vídeos han sido retirados, debido a la denuncia de unos tales... Transformers. ¡Vaya, si son los que editaron el documental en 2009! Los muy tontos no se dan cuenta de que, en Occidente al menos, si tienen un mercado potencial para comprarles el DVD es justo gracias a los vídeos «piratas» del tubo. Me consta que hay compañías japonesas que son altamente permisivas con la difusión «pirata» de material musical con copyright porque han aprendido la lección. Transformers no es una de ellas, a la vista está.
Todavía se encuentra una de las versiones que había del segmento de SS. Supongo que no durará mucho. Enlace va (valga como tráiler):
https://www.youtube.com/watch?v=yD4UN0vpP9k Cap. 3. Un poco acerca de las bandas.Lizard (a veces escrito con interjección, a imitación de los Ultravox! de John Foxx) era la banda de Momoyo, personaje con importante papel en la historieta que antes he contado. La encarnación previa de la banda eran los Benitokage/Red Lizard ésos que sacaron dos flexis (sonosheets) en 1977, año santo del punk. La nueva banda apuntaba más alto y justo por eso tardó en publicar más que otros. Debutaron en el mencionado LP colectivo
Tokyo Rockers y, aprovechando el contacto con los Stranglers, filmados para nuestro documental (ver abajo más sobre ellos), se fueron a London a grabar con JJ Burnel produciendo. Publicaron su primer LP (
Lizard) en noviembre de 1979, en el sello Windmill, subsello de la
major King Records. Tras algunos singles y el segundo álbum,
Babylon Rocker (9/80), desaparecieron. Momoyo, que desde el comienzo fue gran padrino del rollete de Tokyo Rockers (no por nada chupa cámara en el documental, y además produjo varios de los singles del sello Gozira), siguió ayudando a bandas noveles en los años 1980: por ejemplo a Zelda y a las Rap; y, si no me equivoco, tenía mucho que ver con el sello (indie, ahora sí) City Rocker, que comenzó publicando inéditos de Benitokage y continuó con decenas de pequeñas maravillas. Y otro tanto haría Dogma, el subsello de City Rocker. En cuanto a sus dos actuaciones en el documental, Lizard hacen un punk con fuerte influencia (sobre todo en el bajo) de los Stranglers, lo cual se plasmaría también en sus discos.
8 1/2. Seminal banda que, durante su breve existencia, no publicó nada excepto los temitas
live del colectivo
Tokyo New Wave. Hay un par de colecciones de inéditos publicadas mucho después de su disolución (1985, 1995). El miembro de 8 1/2 que llegó a ser más conocido es desde luego el teclista Koji Ueno, que formó los nuevaoleros Halmens, después los extravagantes Guernica (con Jun Togawa) y, en fin, no ha parado de hacer cosas. Por desgracia, en el documental, aunque se le oye, no se le ve
SS, los infiltrados de Kansai. Ya he hablado bastante de ellos. No publicaron nada durante su existencia. En 1984 el sello Alchemy editó un disco con un par de sus conciertos completos (de 15 minutos cada uno en total), y posteriormente han salido más grabaciones en directo. El cantante dejó la música. Los otros músicos anduvieron en diversos proyectos oscuros (como Chinese Club) antes de formar los exitosos punkero-hardcoretas cafres Continental Kids (y la sub-banda de la bajista, Sperma).
Mr. Kite. El único grupo del documental con presencia femenina, cosa peculiar porque no presagia para nada lo que iba a pasar en los años que seguirían. (En Aunt Sally había dos chicas, pero no tuvieron la suerte de pasarse por Tokio en diciembre de 1978...) A pesar del biteliano (de Beatles) nombre, Mr. Kite se muestran principalmente influidos por Patti Smith y Television. El guitarrista no es, sin embargo, un Tom Verlaine; con todo, hace sus pinitos. Antes del documental, habían protagonizado el segundo single de Gozira Records; después, participaron en el LP
Tokyo Rockers, y adiós. Con posterioridad han aparecido grabaciones póstumas aquí y allá.
PAIN. Pupita. Tocan «Rhythm no jidai» en el documental, y aparecieron en
Tokyo New Wave con dos canciones. Se disolvieron y dos de los miembros formaron FLESH, nombre bajo el cual sacaron un single en Gozira.
Jisatsu (自殺), «Suicidio», tuvieron una existencia tan breve como los anteriores; igual que éstos, salieron en
Tokyo New Wave y adiós mundo cruel. Uno de los miembros, Kazunori Nakajima, estuvo luego en otra banda parecidamente efímera, SYZE, pero más tarde tendría mucho más éxito con los FOOLS.
Friction son seguramente los más famosos del lote. Sus miembros andaban desde comienzos de los 1970 metidos en bandas, entre el hippy, el glam y qué sé yo; cuando lo del punk, en 1977 dos de ellos, Reck y Chiko Hige, se fueron a NY, conocieron a los inquietos jovencitos Lydia Lunch y James Chance y crearon con ellos la primeras formaciones de Teenage Jesus & the Jerks y de The Contortions. Es decir, contribuyeron a crear lo que luego se llamaría «No Wave». De vuelta en Tokyo en 1978, montaron en seguida Friction, con Reck en voz y bajo y Hige a la batería. En el documental, el guitarrista es ya Tsunematsu Masatoshi, que antes de entrar en Friction había grabado un single en Gozira. «Crazy Dream», con sus erres rrrottenianas, es el tema que Friction tocan en el docu y también fue su primer single, en el sello Pass, agosto de 1979. A partir de entonces grabarían un montón de discos, a menudo con largos intervalos de silencio y cambios de formación, y alcanzando gran prestigio internacional, al menos a nivel underground, como grupo no tanto punk como de rock de vanguardia por así decir.
Speed. Este grupo casi se quedó en el documental. No participaron en ninguno de los dos recopilatorios de la escena Tokyo Rockers; en 1981 el sello City Rocker les publicó un álbum (Kiss Off) que suena muy desfasado para esa fecha: probablemente fuesen grabaciones más antiguas... Y más no se supo.
Mirrors. Arriba ya he hablado de ellos. Jefes de Gozira, publicaron dos singles en el sello, aparte de su contribución en el LP
Tokyo Rockers. Y nada más. El «Passenger» que tocan en el documental es un temazo que no llegó a verse publicado en ninguna parte. La banda merecía mucho más y con el tiempo se ha ido rescatando bastante cosa; inevitablemente, grabaciones de conciertos. Gran grupo.
S-Ken. Como algunas otras de las bandas del documental (Speed, etc.), este grupete da una enorme sensación de proceder del rock convencional (stoniano, digamos) y haberse remozado, pero no mucho, aderezando un poco la cosa con toques punkoides. La banda, que tenía un conocido estudio de grabación, tardó bastante en publicar (sin contar su participación en el LP
Tokyo Rockers), pero para 1981 comenzaron a hacerlo en el sello Columbia y tienen una larga discografía que, por lo demás, desconozco por completo
pero pondría la mano en el fuego a que tiene todavía menos que ver con el punk que lo que se ve en el documental.
Stranglers. Famosa banda británica que se hizo eso, famosa, con la irrupción del punk. Muchos puristas del punk (Jon Savage por ejemplo) querrían excluirlos de la historia del ídem pero, malquejoda, jamás podrán lograrlo. Desde el mismísimo 1977 devinieron en seguida una banda favorita de los punks y del
general public de la música pop, metiendo singles en el top 10 británico cada dos por tres. En Japón dejaron visiblemente su huella: su influencia es masiva en Lizard y en 8 1/2 por ejemplo (fijaos en los bajos y en los teclados) y todavía lo será mucho más tarde por ejemplo en una banda que aparentemente no tiene nada que ver como lo es Kikeiji. Esos bajos delatores... Burnel rules O.K.!! Por su parte, los Estranguladores tenían una pasión por lo geográfico, y en su tercer LP,
Black and White (1978), dedicaron a Japón dos canciones, «Outside Tokyo» (sobre los relojes digitales japoneses, novedosos en aquellos años) y «Death and Night and Blood (Yukio)», dedicada a Yukio Mishima y que interpretan aquí, en
Rockers. Burnel era karateka y ya se había pasado por Japón por algo marcial y/o por promociones de la banda en verano de 1977, pero la primera gira japonesa del grupo tuvo lugar en febrero de 1979. Los creadores de
Rockers se fueron corriendo a por ellos y consiguieron que los adorados chicos duros de Stranglers se dejaran filmar para el documental. En la (breve) entrevista, Burnel sale al paso de las acusaciones de fascistas que les lanzaban por lo de la canción sobre Mishima. En cuanto a lo musical, pues... lástima de la ecualización de los instrumentos (hay un juego entre la guitarra de Hugh Cornwell y el teclado de Dave Greenfield que se echa bastante a perder).
* * *
Y colorín colorado, este tochete ha terminado.
Special thanks to
pazguaton &
Aya por su inestimable ayuda logística. Besos mil a ambosdós.
Ficha (lo del tocho dejémoslo aparte) dedicada a los compis principales del hilo de «música china»: don
sesilu, don
Surabaya y don
Nikel wink wink wink