Autor Tema: Silence (Masahiro Shinoda, 1971)  (Leído 9645 veces)

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Silence (Masahiro Shinoda, 1971)
« Respuesta #90 en: 20 Octubre, 2014, 07:15:22 »

jidaigekipedia.com

El pantano

En 1971 Silence aka Chinmoku se convirtió en uno de los pocos (quizás el único) jidaigeki protagonizados por un actor occidental, David Lampson. Su personaje se inspira en el misionero Giuseppe Chiara, y proviene de la novela escrita en 1966 por Shusaku Endo. El título, compartido en su versión literaria y cinematográfica, hace referencia al silencio de Dios ante el sufrimiento de sus fieles.

Sinopsis: el padre Sebastião Rodrigues desembarca en Japón, junto a su compañero Francisco Garrpe, con el objetivo de predicar la fe cristiana y descubrir el paradero de su predecesor y maestro Cristóvão Ferreira. A su llegada es testigo del tormento que soportan los kakure kirishitan (cristianos ocultos), forzados a profanar los símbolos religiosos bajo las más cruentas torturas imaginables. El propio padre Rodrigues pasará por el mismo dolor mientras se debate entre el amor a su Dios y el descanso de los creyentes.

El director introduce el argumento con una narración ilustrada mediante pinturas de la época. Inmediatamente después se presentan los dos protagonistas occidentales y el débil Kichiro, un japonés cristiano que recurre a la apostasía cada vez que los oficiales le ponen las manos encima. Irónicamente las recriminaciones del padre Rodrigues se tornan en confusión cuando él mismo encuentra el martirio diferente a como lo había imaginado. Es capaz de soportar las torturas por la fe cristiana, pero se pregunta si es correcto permitir que otros sufran por su decisión de convertirse en mártir. En la obra literaria es Dios quien resuelve sus dudas, pero en la adaptación de Shinoda es una decisión propia.

La trama se sitúa en el punto álgido de la represión cristiana, poco después de la Rebelión de Shimabara, que tuvo lugar en 1637. El magistrado que idea la famosa tortura del pozo y los agujeros tras la oreja es miembro de la familia Inoue, y por las fechas de las que hablamos se trata de Masashige Inoue, metsuke y señor de Takaoka. Su presencia en Nagasaki se nos puede hacer extraña, puesto que el feudo estaba controlado por el clan Tachibana, al que pertenece el agente que acompaña a Sebastião durante su encarcelamiento. Sin embargo, en su biografía se destacan sus relaciones con la Compañía de las Indias, y dado que el puerto de Nagasaki era oficialmente la ventana de Japón al mundo exterior, entendemos que apenas pusiera un pie en Takaoka a lo largo de su vida.

De lo mejor que vamos a encontrar en Silence es la fotografía. Cuando el padre Rodrigues se oculta de las autoridades tenemos la oportunidad de disfrutar de maravillosos fotogramas en los que le vemos caminar por acantilados, prados y playas. Ese momento de la película es una excepción a la escasa intensidad del color durante la mayor parte del metraje.
El vestuario está bien cuidado y la discreta banda sonora acompaña y refuerza las imágenes. Las actuaciones, por su parte, son bastante buenas en general, pero tendremos que pasar por alto que los invitados americanos no sean capaces de pronunciar sus propios nombres portugueses. El reparto cuenta también con Shima Iwashita y Tetsuro Tamba.

En esta obra de Shinoda no sólo asistiremos a un excelente drama sobre la persecución cristiana del siglo XVII, sino que de los labios de Sebastião, Inoue, y el intérprete, oiremos argumentos a favor y en contra del cristianismo en Japón, en un análisis que pone de manifiesto el miedo a occidente de un país cada vez más recluido. Hace unos años se contaba entre mis cuatro o cinco películas favoritas del cine japonés, y aunque hoy día mi opinión sobre ella ha bajado de las nubes, sigue siendo un jidaigeki que cualquier espectador encontraría interesante.