Me pareció un drama redondo en todos los sentidos. Empezando por otra genial dirección de Mizoguchi, guión, actores, puesta en escena, fotografía, vestuario, montaje...todo me ha parecido absolutamente brillante.
Además, poder ver a la bella Ayako tan sólo un año después de comenzar en el cine, es todo un privilegio.
De nuevo Mizoguchi nos muestra la vida de las mujeres en la post-guerra. Más concretamente la vida privada de las geishas, quienes tenían la obligación de ceder ante todas las pretensiones de los hombres. De manera inteligente, el director nos muestra el lado oscuro de esa vida tanto en las chicas novatas como en las geishas maduras. Lamentablemente era una época en la que para una mujer era prácticamente imposible destacar en algo que no fuera el papel de esposa o sirvienta, y Kenji nos transmite esas sensaciones dramáticas de manera admirable.
Yo diría que otro imprescindible en toda regla, tanto cinematográficamente como en el género en el que está englobado.