Fruit Chan no es que se haya prodigado mucho últimamente. Si quitamos el episodio que dirigió para Tales from the dark y los episodios de Three, y dejamos aparte Chengdu, I love you (que no sé muy bien qué es), no hacía una película propia desde... 2004.
En fin, diez años después, nos llega este The midnight after. Y bueno, Fruit Chan está en otra cosa, pero quizás no tanto. Pero ¿qué es The midnight after? Un grupo de personas cogen un autobús en Mongkok, dirección Tai Po. Todo va bien hasta que en un momento determinado atraviesan un tunel y... bien, no notan nada especial. Excepto que ya no hay nadie por las calles. Llegan al bullicioso Tai Po y todo vacío. Ni coches, ni personas, ni nada. Qué ha ocurrido no lo saben muy bien. No van los móviles y las noticias se han quedado detenidas en ese instante. Encima, les empieza a aquejar como un extraño virus. Y entre todo, ahí están, buscándole una explicación a lo que ha ocurrido.
Y sí, la película es una película de ciencia ficción, un género no muy practicado por los hongkoneses (a ellos les va más la realidad pasada por el filtro de lo fantástico o disparatada). Ya solo por el ejercicio de plantear una Hong Kong vacía (fantásticas esas imágenes), lo es. Luego ya vienen algunas vueltas a la cabeza, claro.
La película la verdad es que es un poco irregular, pero ojo que en su irregularidad está por encima de casi todo lo que se está haciendo en Hong Kong. Chan primero reune un reparto estupendo. Ya no solo los veteranos: Un Simon Yam sobreactuado como en su época de la categoría III, glorioso; un Lam Suet en su línea, pero con más tiempo para dejarse ver; un Sam Lee disparatado en el papel de yonki, genial; una Kara Hui sacandole punta a su papel. También en los jóvenes, algunos ya verdaderas promesas, como Chui Tien-You (que ya protagonizó con Kara Hui At the end of the daybreak). Y luego, con todo ello y una ambientación muy conseguida, construye algo que juega con la intriga (ahí le falla un poco), pero, curiosamente, con el humor, dentro de lo trágico de la situación, hasta llegar a una parte final, que bueno, yo me he reído un rato, aunque no acaba de encajar con el resto de la película totalmente (digamos que entra la parte disparatada del cine hongkonés).
En fin, para mi es más que recomendable. Me he llevado una agradable sorpresa, aun eso, en su irregularidad. Probad suerte
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