Vista casi dos años después, jaja.
Muy buena película, en mi opinión algo mejor que Silence have no wings porque en aquella, que también estaba muy bien, quizás le faltaba algo de estructura, y no simplemente planos bonitos y sensibles, al margen de la metáfora política, social, etc. Aquí creo que hay más chicha y Kuroki es más escéptico, jugando siempre con el montaje entre la realidad y los sueños. Todo da algo de mal rollo con ese policía y yakuza gemelos que se intercambian. Es posible que a veces sea confusa por este tema, ya que muchas veces no sabes quién es quién. Imagino que esa era la intención, jaja.
Lo mejor de la película es la extrañeza que provoca. Obliga al público a cuestionar todas sus imágenes. Bueno, al menos al espectador que quiera entrar en el juego.
Inferior, eso sí, a Ryoma ansatsu, la gran película de Kuroki, por lo que llevo visto.