¡Gracias, Mery-san!
No hay que dejar de ver esta joya, gran desconocida (al menos para mí lo era) del cine nipón de los 60. Toda una historia de amor y dolor ambientada en el corazón de Kyushu, una de las zonas más atrasadas de Japón. Le viene al pelo esa música aflamencada de la banda sonora, porque esa desgarradora visión de la sociedad rural del Japón de posguerra donde el caciquismo y los abusos de poder se ve que campaban por doquier, bien podría haber encontrado ambientación en la Europa mediterránea de hace 50 ó 60 años.
Voto "imprescindible".
Saludos